viernes, 25 de junio de 2010

Los mexicanos rezan y los italianos apagan la vela



Por: @Patito68 (Sígueme en Twitter)

Ayer mi pupila vivió un día de luto, los eslovacos mandaron a los papasitos de la Selección Italiana a casa. Dos goles de Vittek pusieron por delante a Eslovaquia, Quagliarella intentó recuperar el espíritu pero no fue suficiente. Lo más triste fue ver llorar a los campeones en la cancha.


Pero la vida sigue, y mientras los jugadores de la selección mexicana tratan de hacer lo suyo, monitoreando los canales de deportes me encontré con unos aficionados mexicanos en Sudáfrica que le dieron alegría a mi corazón; estaban en una iglesia orando. “Somos millones de mexicanos que estamos pendientes de esos 11 muchachos, por favor Dios ayúdanos, te lo pedimos de todo corazón”, sin duda esparciendo su fe por delante. 

Mas sobre la crónica de ayer con Patito, después del clic...



Después se fueron al Ángel del Melrose Arc en Melrose Boulevard, caminaban por las calles presumiendo la bandera mexicana, sus orígenes, su canto, sueñan despiertos en las esquinas, en los monumentos, saben que más allá de revanchas, más allá de Messi y hasta de Maradona, pueden elevar sus ilusiones sin ningún tipo de limitantes. “Creo que la suerte va a estar de nuestro lado”, dijo uno de ellos.


Por su parte, los italianos con más historia, con más argumentos, con más fama, apagan la vela de la esperanza de forma anticipada, fue una tarde de despedida, de melancolía, de tristeza para el campeón del mundo en Johannesburgo.

Los italianos pueden estar contra la pared, en desventaja, sin ideas, sin magia, perdidos, pero son orgullosos y los mexicanos esperan con ansias el partido del domingo contra los argentinos, ellos saben que tienen que cambiar su destino para siempre. El futbol es así, eternamente caprichoso y raro.

El dato: Una derrota con historia Por primera vez en cincuenta años, los italianos no lograron pasar a octavos. Volverán a casa con una derrota muy sangrienta.

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